Tres historias de Mulá Nasrudín

18.04.2024

Mulá Nasrudín es un personaje de la literatura sufí cuyas hilarantes historias se ocupan, desde antiguo, para hacernos pensar y, al mismo tiempo, para que nos burlemos de nuestras propias tonterías. Os dejo aquí con una selección de tres historias que, de seguro, os serán de sabroso y buen provecho. 

 Estaba el maestro Nasrudín contando una parábola al finalizar su clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma.

- Maestro - lo encaró uno de ellos una tarde - tú nos cuentas estos cuentos, pero luego no nos explicas su significado...

- Pido perdón por eso - se disculpó el maestro Nasrudín -, permíteme que en señal de reparación te ofrezca este delicioso melocotón.

- Gracias, maestro - respondió, halagado, el discípulo.

- Quisiera, para agasajarte, pelar tu fruta yo mismo. ¿Me permites?

- Sí, muchas gracias - dijo el alumno.

- ¿Te gustaría, ya que tengo en mi mano el cuchillo, que te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?

- Me encantaría... pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro...

- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte... Permíteme también que te lo mastique antes de dártelo...

- ¡No, maestro! ¡No me gustaría que hicieras eso! - se quejó, sorprendido, el discípulo. Entonces el maestro Nasrudín hizo una pausa y dijo:

- Si yo les explicara el sentido de cada cuento, sería como darles a comer una fruta masticada...

Al mulá Nasrudín le concedieron una entrevista en una compañía naviera. El director le dijo:

-"Nasrudín, es un trabajo peligroso. Algunas veces el mar se embravece. Si estás en medio de una gran tormenta, ¿qué harías con tu barco?".

-"Ningún problema. Simplemente bajaría el mecanismo de defensa que tienen todos los barcos, pesas, enormes lastres que mantienen el barco estable incluso en medio de una gran tormenta".

-"¿Y si viene otra gran tormenta...?

-"Ningún problema. Volveré a bajar otro gran lastre".

-"Y si viene una tercera tormenta, ¿qué harías?".

-"Ningún problema... más lastre".

El director no sabía qué hacer con aquel hombre. Le preguntó:

-"¿De dónde sacas todo ese lastre?".

-"¿Y de dónde saca usted tantas tormentas?"

Nasrudín conversaba con un amigo.

- Entonces, ¿nunca pensaste en casarte?

- Sí pensé -respondió Nasrudín. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.

Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.

Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.

- ¿Y por qué no te casaste con ella?

- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente, ella también quería un hombre perfecto.